Mijas y su entorno
El municipio de Mijas está situado a 30 km del aeropuerto internacional de Málaga-Pablo Ruíz Picasso (con vuelos frecuentes a las principales capitales europeas), a 35 km de la estación de tren Málaga-María Zambrano (con conexiones de alta velocidad a Madrid, Sevilla, Barcelona, etc) y al puerto de Málaga (desde donde se puede embarcar diariamente hacia ciudades del norte de África).
Una vez en la villa, el visitante descubrirá que se encuentra en pleno corazón de la Costa del Sol, y desde allí podrá acceder a los principales atractivos turísticos de la zona más meridional de Europa continental: Marbella o Málaga (a 30 min), Ronda, Granada o Gibraltar (a 90 min), Sevilla o Córdoba (a menos de 2.5 h) y el sur de Portugal o el norte de Marruecos (a 4 h aproximadamente).
No obstante, el término municipal cuenta con suficientes atractivos para colmar las expectativas de quienes deseen vivir durante unos días una experiencia plena sin necesidad de hacer grandes desplazamientos.
Desde el núcleo urbano de Mijas Pueblo, situado a 428 metros sobre el nivel del mar y enclavado en la falda de la montaña, con numerosos miradores como si de un balcón natural se tratara, se puede divisar la sucesión de lomas soleadas salpicadas de villas que se extienden desde Benalmádena hasta Marbella, abarcando prácticamente todo su vasto término municipal.
Su trazado de origen árabe, presenta calles encaladas, pequeñas plazas, rincones repletos de macetas, jardines, patios, iglesias y ermitas, y ofrece al viajero un entorno inigualable para disfrutar deambulando al ritmo pausado de sus habitantes, especialmente cuando al atardecer el municipio se convierte en un remanso de paz y revive su encanto de antaño.
Pasear por sus calles y plazas es caminar por un pequeño y alegre pueblo andaluz, con una rica actividad comercial que se realiza en un entorno de calma y serenidad apenas alterado por el deambular de los burros que pasean a quienes desean utilizar este medio de transporte para conocer el pueblo.
Existen lugares de especial interés por su historia y belleza, como el conjunto de La Muralla, formado por restos de la antigua alcazaba que protegía la villa, la Iglesia de la Inmaculada, el Auditorio y los jardines anexos, desde donde la maravillosa vista panorámica permite ver, en días claros con viento de poniente, el estrecho de Gibraltar, la costa del norte de África y las montañas del Rif en Marruecos.
A lo largo de su casco histórico se suceden otros muchos puntos de interés: las Iglesias de San Sebastián y Santa Ana, la Ermita de la Virgen de la Peña, la Casa Museo, el Centro de Arte Contemporáneo, la plaza de toros de formato rectangular o el Carromato de Max.
Todo ello contrasta en gran medida con Mijas Costa que presenta un importante desarrollo turístico y un sinfín de alicientes de todo tipo para quienes quieran disfrutar de un ambiente más cosmopolita, y oportunidades para hacer submarinismo, practicar la navegación o la pesca deportiva.
A lo largo de sus 148,5 km2 de extensión y 12 km de costas, Mijas Costa no está exenta de numerosos encantos naturales. En concreto, la Senda litoral constituye la última incorporación a su oferta turística: un sendero junto al mar que transcurre por caminos naturales y pasarelas de madera que discurre a lo largo de toda la zona costera de Mijas, hasta alcanzar el municipio de Marbella. Durante la media jornada que puede ocupar recorrerlo se disfruta de una innumerable sucesión de playas y roquedos que lucen banderas azules, que han sido reconocidas de calidad turística y cuyos fondos marinos albergan una gran biodiversidad, con especies animales y vegetales europeas y africanas, mediterráneas y atlánticas. Los fondos marinos de Calahonda, por ejemplo, ofrecen un hábitat natural extraordinario donde florece una abundante vegetación submarina y alberga tramos vírgenes de posidonia oceánica y gorgonias, un tipo de coral, además de ser una área donde se avistan cetáceos con frecuencia. También se pueden contemplar, bien a lo largo de la senda, bien desde alguno de los observatorios ornitológicos existentes, aves marinas (ánades, somormujos, fochas, malvasías o zampullines, y ocasionalmente águilas pescadoras), especies nidificantes (halcón peregrino, cárabo común, búho real, etc) o especies migratorias en su vuelo anual con destino a las sabanas o los humedales africanos (cigüeña negra, milano negro o aguilucho lagunero, entre otras).